viernes, 8 de abril de 2011

Chile y Brasil: ¿Modelos de Desarrollo Económico o de Marketing Político?

En los últimos años se han manifestado muchas opiniones favorables a seguir los pasos de Brasil y Chile, tomando a estos países como los modelos para alcanzar el desarrollo.
Ambos son considerados por las calificadoras de riesgo como “Investment Grade”, los analistas políticos los llaman “democracias predecibles” y muchos colegas (economistas) destacan que tienen políticas de largo plazo.
Ahora bien, más allá de las políticas llevadas adelante por estos países, me pregunto ¿son tan buenos los resultados que obtuvieron? ¿Corresponde mirar con tanta admiración a nuestros vecinos? Muchas veces ponderamos sobremanera la bijouterie y perdemos de vista lo concreto, lo importante. Se valora el “Investment Grade” otorgado por una calificadora de riesgo de dudosa reputación, la organización de Juegos Olímpicos y de un Mundial de Fútbol, el ingreso a la OCDE, etc. Pero ¿cuáles son los logros económicos?
En su reciente visita a Sudamérica, el Presidente de EE.UU. Barack Obama afirmó que “Chile es uno de los grandes éxitos de la región”. Pero, ¿en qué se basa para dar este veredicto? Se dice que Chile es una economía moderna y competitiva, sus instituciones sólidas y sus gobernantes serios y honestos. Muy bien, ¿y qué exporta Chile? Cobre. La actividad minera explica casi el 60% de las exportaciones del país trasandino y las manufacturas no alcanzan el 12% de participación (datos de la Organización Mundial de Comercio). ¿Cuál es entonces el éxito del modelo chileno? Tener grandes yacimientos de cobre. ¿Podemos pues, seguir el 'modelo' chileno? Tiene tanto sentido como seguir el modelo Qatarí sin petróleo.
Veamos el caso del país mais grande do mundo. Brasil tiene una composición de sus exportaciones mucho más interesante. El 39,2% de sus ventas externas son manufacturas, siendo éste, el componente más importante. Pero esa es la foto, ¿y qué ocurre con la película? Hace 10 años las manufacturas representaban el 59,1% de sus exportaciones, y esto durante los promocionados años de Luiz Inacio Lula Da Silva en el poder.
Argentina fue el único de los tres países que pudo expandir la participación de las manufacturas en las exportaciones. Algo vital si aspiramos a parecernos a los países desarrollados.
Otro aspecto prioritario a mejorar, si pretendemos acercarnos al ideal de país desarrollado es la distribución del ingreso. Brasil y Chile son dos de los peores exponentes en este sentido a nivel mundial, con coeficientes de Gini de 0,54 y 0,53 (datos del Banco Mundial). Con respecto a Chile, el Banco Mundial afirma en su página oficial que “La desigualdad sigue siendo alta... Ha habido poco progreso en el ámbito de la distribución del ingreso y las brechas de estos, sin cambios significativos en las tendencias”.
Con esto no pretendo presentar a nuestro país como modelo de desarrollo. Estamos muy lejos de serlo. Creo que lo hecho en los últimos años es absolutamente perfectible. No obstante, para llegar a buen puerto siempre es conveniente contar con una brújula que nos permita no confundir cuál es el Norte.