martes, 27 de septiembre de 2011

Dólar Futuro o la Vuelta a la "Tablita" de Martinez de Hoz


La política que comenzó a llevar adelante el Banco Central para contener el aumento de la divisa norteamericana, consiste en vender dólar futuro para no tener que vender en el mercado spot, y genera inevitablemente un deja vu con la tristemente célebre tablita de Martinez de Hoz. Aquella tuvo un resultado lamentable para la economía real y fantástico para el capital especulativo, lo cual no es un gran augurio para el proceso actual.

La elevada inflación ha herido de muerte al Peso. Esta moneda no alcanza de hecho el status de moneda, ya que no es reserva de valor y como unidad de medida y medio de cambio, su alcance es limitado. Este resultado es consecuencia de las malas políticas implementadas por el Banco Central, y sus responsables son Martín Redrado y Mercedes Marcó Del Pont.

Pero hete aquí que las decisiones en política económica que se llevan adelante en este país siempre te pueden sorprender. Cuando se hizo evidente que el aumento nominal del dólar tenía que seguir por un sendero similar al de la inflación, los agentes salieron a buscar dólares. La dolarización de las carteras, no es más que una despesificación de las mismas. La premisa es huir del Peso, porque éste ha muerto. Entonces, lógicamente, el Banco Central se vio obligado a sacrificar reservas para contener el aumento en el precio del dólar. ¿Por qué no dejar que el dólar suba? Porque el dólar en nuestro país tiene una particularidad casi única: es un bien giffen. Cuanto más sube su precio, más atractivo se hace para los consumidores, cuya demanda es preservar su riqueza.

La solución que encontró el Banco Central, siempre más cerca de la alquimia que de la economía, fue vender dólar futuro con una tasa ímplicita de 0% o incluso negativa. Explico para el lector menos ducho en el tema. Si hoy el dólar cuesta $4,24 entonces te vendo dólar a un mes a $4,24. De esta forma el operador vende dólar hoy y compra a futuro, y gana una tasa de interés del 12% anual en pesos sin riesgo devaluatorio, porque ya está cubierto a $4,24. Esto en finanzas es arbitrar, ganar sin arriesgar.

La tablita de Martinez de Hoz tenía un mecanismo muy similar, aseguraba un valor futuro del dólar, con lo cual uno podía colocar pesos a plazo fijo a tasas elevadas sin correr riesgos devaluatorios. Llamativamente, nos encontramos otra vez en una vieja y conocida encrucijada, hacer las cosas bien o seguir pateando los problemas para adelante y después vemos. Por ahora, parece que la batalla la ganó el argentinazo, "lo atamo con alambre".

jueves, 8 de septiembre de 2011

Dólar vs. Inflación: ¿ante el fin de un Paradigma y Cambio de Rumbo?


La política de "tipo de cambio administrado" que ha venido llevado adelante el Banco Central desde el año 2004 con Martín Redrado y luego continuada con Mercedes Marcó Del Pont, ha llegado a su fin.

El punto de quiebre, desde el punto de vista psicológico, se produjo el 5 de septiembre pasado, cuando se informó que las reservas del Banco Central perforaron la barrera de los U$S 50 mil millones.

Pero ¿cuál ha sido la política monetaria y cambiaria del modelo "Nacional y Popular"? Hasta aquí, lo que ha venido haciendo el Banco Central es aumentar la base monetaria, convalidando así una inflación del 25% anual. Por otra parte, la afluencia de dólares provenientes del comercio, generó una apreciación del peso en términos reales, al igual que en toda la región.

La diferencia radica en que aquí, la apreciación real del peso se produjo con inflación en los precios internos y dólar estable. Mientras que en el resto de la región, la tasa de inflación fue baja, pero con una caída en el precio nominal del dólar. En términos reales, el efecto es el mismo.

Pero en términos nominales es distinto. El planteo que suponía que la inflación en los niveles actuales "no es tan mala", quedó totalmente desvirtuado al ver el resultado que produjo a largo plazo: la destrucción de la confianza en el peso.

La política deliberada de alta inflación ha acentuado el desapego de los argentinos por su moneda. Suele decirse que "los argentinos pensamos en dólares". Lo cual es cierto, pero no por tratarse de un axioma, sino por ser el resultado inevitable de las políticas monetarias implementadas. Desde septiembre de 2004, la base monetaria se expandió en un 310% (datos del BCRA), y los precios (calculados por los entes estadísticos provinciales confiables) treparon un 215%.

No obstante este contexto de tasas de interés nominales negativas, los ahorristas no salían espantados. Entendían que colocar un plazo fijo en pesos al 10% anual con una tasa de inflación del 25%, les cerraba porque el dólar quieto les auguraba un buen rendimiento en dólares. Es así, que en el período sep. 2004 - jul. 2011, mientras el dólar se mantuvo relativamente quieto, los depósitos en pesos crecieron un 290%.

¿Por qué será distinto a partir de ahora? Porque el comercio internacional ya no es un proveedor tan eficiente de divisas y por lo tanto, el Banco Central ya no podrá sostener la brecha entre inflación y aumento nominal del dólar sin costo en términos de reservas.

La tendencia es entonces hacia una confluencia entre la inflación y el aumento en el precio del dólar. Esto aceleraría la caída de la demanda de pesos, porque la inflación ha minado una de las funciones básicas del dinero, que es la de ser reserva de valor. El resultado es que Argentina ya no contaría con una moneda, sino que lo que tendría es una cuasi moneda, que cumple sólo algunas de las funciones básicas del dinero.