La política que comenzó
a llevar adelante el Banco Central para contener el aumento de la
divisa norteamericana, consiste en vender dólar futuro para no tener
que vender en el mercado spot, y genera inevitablemente un deja vu
con la tristemente célebre tablita de Martinez de Hoz. Aquella tuvo
un resultado lamentable para la economía real y fantástico para el
capital especulativo, lo cual no es un gran augurio para el proceso
actual.
La elevada inflación ha
herido de muerte al Peso. Esta moneda no alcanza de hecho el status
de moneda, ya que no es reserva de valor y como unidad de medida y
medio de cambio, su alcance es limitado. Este resultado es
consecuencia de las malas políticas implementadas por el Banco
Central, y sus responsables son Martín Redrado y Mercedes Marcó Del
Pont.
Pero hete aquí que las
decisiones en política económica que se llevan adelante en este
país siempre te pueden sorprender. Cuando se hizo evidente que el
aumento nominal del dólar tenía que seguir por un sendero similar
al de la inflación, los agentes salieron a buscar dólares. La
dolarización de las carteras, no es más que una despesificación de
las mismas. La premisa es huir del Peso, porque éste ha muerto.
Entonces, lógicamente, el Banco Central se vio obligado a sacrificar
reservas para contener el aumento en el precio del dólar. ¿Por qué
no dejar que el dólar suba? Porque el dólar en nuestro país tiene
una particularidad casi única: es un bien giffen. Cuanto más sube
su precio, más atractivo se hace para los consumidores, cuya demanda
es preservar su riqueza.
La solución que encontró
el Banco Central, siempre más cerca de la alquimia que de la
economía, fue vender dólar futuro con una tasa ímplicita de 0% o
incluso negativa. Explico para el lector menos ducho en el tema. Si
hoy el dólar cuesta $4,24 entonces te vendo dólar a un mes a $4,24.
De esta forma el operador vende dólar hoy y compra a futuro, y gana
una tasa de interés del 12% anual en pesos sin riesgo devaluatorio,
porque ya está cubierto a $4,24. Esto en finanzas es arbitrar, ganar
sin arriesgar.
La tablita de Martinez de
Hoz tenía un mecanismo muy similar, aseguraba un valor futuro del
dólar, con lo cual uno podía colocar pesos a plazo fijo a tasas
elevadas sin correr riesgos devaluatorios. Llamativamente, nos
encontramos otra vez en una vieja y conocida encrucijada, hacer las
cosas bien o seguir pateando los problemas para adelante y después
vemos. Por ahora, parece que la batalla la ganó el argentinazo, "lo
atamo con alambre".