La
inflación es uno de los grandes misterios de la economía. Digo que es un
misterio porque aun no hay consenso entre los economistas acerca de sus causas.
En general, muchos economistas creemos que la inflación es un fenómeno
esencialmente monetario. No obstante, eso significa que no es estrictamente
monetario, sino que es un proceso complejo que obedece a distintas causas y
sobre todo, lo más interesante es que las causas pueden impactar de diferente
forma según el contexto.
O
sea que no se trata sólo de identificar el problema y aplicar la receta, sino
que también hay que estudiar en qué contexto se da el problema: cuáles son las
características del país, su historia, sus instituciones, en qué fase del ciclo
económico se halla, etc.
EE.UU.
logró mantener muy estables los precios a pesar de haber incrementado la Base
Monetaria de manera espectacular. Argentina, en cambio, ha experimentado una
tasa de inflación que dificulta el buen funcionamiento de su economía,
afectando las decisiones de consumo-ahorro-inversión, generando mayores
conflictos sindicales y acortando el horizonte temporal.
Según
datos de la Reserva Federal, la Base Monetaria de los EE.UU. se incrementó un
214% entre Ene-08 y Oct-12. No obstante, la inflación que acumuló en ese período
fue del 9,6%. Argentina, en el mismo período y con una política monetaria mucho
más austera, ha experimentado una inflación que supera varias veces a la
registrada en la gran potencia del Norte. La conclusión que surge con
naturalidad sería que "no existe relación entre la cantidad de dinero y la
inflación". Creo que esa conclusión es errada y a continuación explico por
qué.
El
valor del Dólar está dado por la interacción entre oferta y demanda, como
ocurre con muchos otros bienes de la economía. Y si bien vimos que la Base
Monetaria creció a más del doble, lo cierto es que la Oferta Monetaria ha
crecido mucho menos. La oferta de dinero (agregado monetario M2) de EE.UU. en
el mismo período ha avanzado solamente en un 36,6%. Esto se debe a que la
creación secundaria de dinero ha tenido un desempeño en el sentido contrario,
reduciendo el impacto del aumento de la Base Monetaria. Vale una aclaración
para los no economistas, la creación secundaria de dinero se da cuando los
bancos comerciales prestan una parte de sus depósitos y el dinero nuevamente
fluye hacia la economía, luego vuelve a depositarse a los bancos y otra vez una
parte es prestada. Decíamos que la oferta de dinero no se expandió, y eso
sucedió porque los bancos no estaban en condiciones de aumentar los préstamos,
sino más bien todo lo contrario. Adicionalmente, no hay que perder de vista que
el Dólar tiene una demanda que va más allá de lo transaccional. El Dólar es la
reserva de valor por excelencia del Mundo. Por lo tanto, al haber más cantidad
lo que se reduce es el costo de obtener el preciado billete verde, o sea que una
parte del impacto se materializó en la tasa de interés, que funciona como el precio
del dinero. Es así que el costo del dinero a 10 años (tasa de los bonos del
tesoro americano a 10 años) pasó del 4% anual al 1,5% aproximadamente en ese
período.
En Argentina, en cambio,
los aumentos en la Base Monetaria impactan en los precios porque la oferta de dinero
ha aumentado en la misma proporción que la Base Monetaria y porque el Peso
argentino no es considerado reserva de valor. Nuestro Peso es apenas un
instrumento utilizado para realizar la mayor parte de las transacciones
comerciales dentro de Argentina. Si la cantidad de transacciones no aumenta, o
lo hace a una velocidad menor de lo que lo hace la oferta de dinero, el
resultado es indefectiblemente un impacto en los precios. La inflación, entonces,
es el reflejo de la pérdida de valor de un bien (el Peso) ante un exceso en su
oferta.
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