miércoles, 25 de agosto de 2010

Retenciones y Proyecto de Nación

La discusión respecto a las retenciones de los productos agrícolas gira en torno al efecto que tienen sobre la recaudación y redistribución del ingreso.

Como es habitual, los argentinos nos concentramos en los efectos de corto plazo y no en lo verdaderamente importante.

Argentina, mantiene el mismo dilema desde la década del ’40 con el “Plan Pinedo”, esto es, ser una economía industrial o agropecuaria, o bien intentar un proyecto que permita el desarrollo armonioso de ambas actividades.

Toda economía cuenta, básicamente, con cuatro sectores: Agro, Industria, Minería y Servicios. De éstos sólo los tres primeros producen bienes que se transan internacionalmente. Sabemos que para ser competitivos en el mercado interno y en el externo, el tipo de cambio juega un papel clave.

La dificultad que tiene nuestro país en articular un proyecto que contenga a los dos sectores, radica en que uno de ellos, el Agro, es supercompetitivo a nivel internacional por las condiciones particulares del suelo, clima y los avances tecnológicos logrados. Mientras que la Industria se encuentra en un estadío de desarrollo inferior. En consecuencia, el tipo de cambio compatible con el desarrollo a largo plazo de estos sectores es distinto.

Las retenciones a la exportación permiten, que de manera artificial se cierre una brecha que se produce por naturaleza. O sea, funciona como dos tipos de cambio distintos, uno más bajo para el sector competitivo y otro más alto para el sector menos desarrollado.

“To be or not to be: that is the question”

Las retenciones no son sólo un impuesto, son una herramienta que usada con sensatez puede permitir la convivencia armoniosa de la Industria y el Agro, lo cual es, sin duda, esencial para “Ser” y alcanzar el ideal de país desarrollado.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Riesgo País y Riesgo Moral

¿Por qué le cuesta tanto a la Argentina conseguir endeudarse a una tasa de un dígito? El riesgo país mide, de manera implícita, la probabilidad de que un estado no cumpla con sus compromisos. En la medida que un estado honre sus compromisos y demuestre capacidad de pago, su riesgo, lógicamente caerá.
Sin embargo, vemos que muchos países que presentan números largamente peores que el nuestro, alcanzan tasas muy inferiores a un dígito. ¿Es este el riesgo K? Por cierto que no.
A partir de la quiebra de Lehman Brothers, quedó demostrado que es mucho más costoso permitir que ciertos jugadores caigan, que rescatarlos.
De esta manera, el riesgo moral, que ya era alto, ha subido a valores máximos. Hoy, no cabe duda que otro episodio como el de Lehman Brothers no es un lujo que se puede dar la economía mundial. Los especuladores, tienen así, un seguro gratis, que alimenta el apetito por riesgo.
Lamentablemente para nosotros, la historia reciente ha demostrado que Argentina puede defaultear, sin que esto acarree problema alguno para la economía global.
Por lo tanto, Argentina es uno de los pocos países que no puede ofrecerle a sus acreedores un seguro gratuito. Luego, para acceder a tasas como las que paga Grecia, que tiene una relación deuda/pbi mayor al 100% y un déficit fiscal del 13% de su producto, Argentina debe demostrar una solidez largamente superior.
La buena noticia, es que el gobierno argentino tiene mayores incentivos para mantener en orden sus finanzas, dado que cualquier desvío es más costoso que para el resto de los países.

Inflación: solución en el ámbito de la economía o de la alquimia

La escalada en los precios del último tiempo reactivó el debate en torno a la inflación.
Se plantean tres motivos como posibles causantes del fenómeno:
1) Es una consecuencia no deseada del crecimiento
2) Es causada por los monopolios especuladores
3) Es una cuestión meramente monetaria
Ahora bien, todo debate en torno a temas económicos nos lleva al supra-debate ¿Es distinta la economía argentina al resto de las economías? ¿Somos un país distinto, sui generis, o simplemente somos necios?
Propongo que analicemos la cuestión inflacionaria para resolver este entuerto.
1) En el año 2009, la economía argentina, y más allá del Indec, ha sido una de las cinco economías con más inflación del mundo. Paralelamente, el producto argentino no se ha expandido, no ha sido una de las economías con mayor crecimiento del mundo. Respuesta del punto 1: Falso.
2) La estructura concentrada que presentan muchos mercados del país no es un fenómeno nuevo. ¿O acaso durante la década del ´90 los mercados eran competitivos? Sin embargo no hubo inflación de dos dígitos durante la convertibilidad. Respuesta al punto 2: Falso.
3) ¿Quién ahorra en pesos? ¿Quién demanda pesos argentinos? Si la demanda de pesos no aumenta en relación a la oferta, qué otro resultado podríamos esperar diferente a inflación. Entre Enero del 2005 y Diciembre del 2009, la base monetaria se expandió en un 147,9% (Datos del BCRA), mientras que la actividad económica creció un 61,0% (Datos endulzados del Indec). No cabe duda entonces que la inflación actual obedece a factores monetarios.

La conclusión es que Argentina está sujeta a las leyes generales de la economía, que las soluciones alquimistas pueden ser plausibles sólo en novelas, y que desgraciadamente “la única verdad es la realidad”.